En la mañana del 04 de septiembre, el Consejo de Seguridad se reunió en Nueva York para discutir la cuestión Siria. Tras el primer posicionamiento de los países participantes, el debate comenzó con cuestionamientos cuanto a la legalidad del régimen de Siria.
Por un lado, Alemania, Francia y Reino Unido tacharon el régimen sirio como antidemocrático y una dictadura disfarzada, a causa del largo período de mando de Bashar Al-Assad. Por otro lado, Siria y Guinea Ecuatorial, apoyadas por Russia y China compusieron el otro lado del debate.
En especial la delegación de Guinea Ecuatorial, ésta negó la ilegalidad del gobierno sirio ya que éste ha sido electo por su pueblo. Además, Guinea, que ha participado activamente del debate, acordó de las prácticas imperialistas de las potencias europeas y, para ello, retomó incluso la memoria de la Partilla Africana.
De modo general, el debate ha sido en torno de las cuestiones de soberanía y interferencia desde el exterior. Aunque las naciones hayan propuesto una agenda para discutir acerca de los conflictos armados, la cuestión curda y las condiciones de refugio, el debate careció de un marco lógico que conduciera la discución.
A lo que se refiere a los países latinos, Brasil demostró una participación razonable, con cuestiones puntuales destinadas a Siria. Bolivia, sin embargo, estuvo ausente y hizo una tímida pronunciación solo al final del debate.
En suma, las próximas secciones deben seguir un debate más lógico, siguiendo una pauta preestablecida. Y, por último, los países de América del Sur pueden ser voces más activas en el debate.